martes, 21 de diciembre de 2010

FELICES FIESTAS

QUE ESTAS FIESTAS NOS ENCUENTRE EN PAZ Y CON EL ALMA PRESTA PARA DAR Y RECIBIR AMOR... FELICIDADES A TODOS Y GRACIAS POR VISITAR MI BLOG CADA TANTO

SALUDOS, ARNOLD COSS

viernes, 15 de octubre de 2010

Primer día en el Cole Parte III - Colegio San José - Gualeguay Entre Ríos

Por Arnold Coss

Una arritmia devastadora con respecto al compás de la canción, se produjo cuando Pity agarró su bolsa de tela por abajo y se le cayeron al suelo dos docenas de bolillas “finorias”. Los más astutos se apresuraron a rescatar, y los más nobles le ayudaron a juntar.

El llanto desproporcionado de Pity, viendo su colección de bolillas convertida en un botín que se repartieron algunos de sus nuevos compañeros, provocó una alegría colectiva para los beneficiarios, unido a algunas burlas de otros y caras de sorpresa en los restantes; una situación que se le empezaba a escapar de las manos a la Seño Taqui en su debut.

Uno de sus primeros objetivos, era que los niños aprendiesen a compartir, lo cual se contradecía con el mensaje que debería hacer entender, sobre la propiedad privada que en justicia se merecía la colección de bolillas de Pity.

No le resultó difícil, finalmente, hacerles entender la diferencia entre los juguetes del colegio y una colección que tanta dedicación le había costado reunir a su compañero; aunque a pesar del asentimiento general, la totalidad de las canicas seguía sin aparecer para desconsuelo del propietario y desconcierto de la seño, quien finalmente tuvo que asumir el compromiso de que al día siguiente le traería las tres que no aparecían -que seguro las encontraría a la venta en el kiosco Tatín-.

Prosiguió con dos canciones más, Manuelita y La Reina Batata sonaron tan hermosamente desafinadas que aún mis recuerdos las rescatan. La pintura de dedos, y algún títere de paso adornaron el resto de la tarde antes de salir al recreo.

Rápidamente se percataron todos -incluida la seño- de que Pascual, en quien nadie había reparado porque se había ido aislando de todos. Se había acomodado como quien no quiere la cosa, con unos almohadones al costadito del coche de las muñecas. Su siesta le había mantenido ajeno a tanto escándalo- ahora se encontraba jugando inocentemente con unas bolillas que Pity identificó al instante como suyas. Pali estaba con sus deditos intentando ponerles las canicas dentro de los ojos plásticos de las muñecas que ya eran viejas y gastadas. La tercera bolita, era su chupete y la balanceaba de cachete en cachete, haciendo la sonar entre sus dientes.

Como la vida misma, con seres humanos en pequeñito, pero con una conflictividad similar a la de los adultos, la Seño Taqui tuvo que jugar su papel de jueza y parte, que también en eso consiste la enseñanza, en intentar conducir a buen puerto esa mezcla de seres angelicales y salvajes que somos al nacer.

Amnesty International

Por Arnold Coss

Hoy se cumplen 22 años, del 1er y UNICO Súper mega recital en River.

viernes, 1 de octubre de 2010

Primer día en el cole - Parte II - Colegio San José - Gualeguay; Entre Ríos

por Arnold Coss
Pero ¿Por qué a nadie le importaba su opinión? ¡No quería ir! Sus padres y hermanos habían llegado al acuerdo táctico de recrearle lo divertida que iba a ser la nueva aventura y manifestaban un entusiasmo desmesurado. Pero él no se dejaba convencer ¿Por qué iba a querer cambiar su magnífica situación? no quería compartir juguetes, ni subir a muchas hamacas, ni tampoco aprender canciones nuevas... ¿Cómo iba a querer algo así? Y sobre todo ¿Cómo ellos insistían en prescindir de la brillante sonrisa que usaba con sobrada consciencia, de hacerle el almuerzo, ayudarle a juntar las piezas del juego de construcción o compartir los sorprendentes descubrimientos sobre el mundo que hacía a cada instante?
Demoró todo lo posible la salida de casa, poniendo a prueba la paciencia de Anamaría e incluso la suya propia. Pero su madre, por lo visto, se había levantado preparada para afrontar estoicamente las artimañas más eficaces que guardaba en su catálogo. Manifestó -a sollozos- su disconformidad con ese complot. Lo manifestó en la panadería de Manolo, en el quiosco Tatín, en la esquina donde Manucho sentado en el umbral dirigía la orquesta de su negocio...
Regó, con un alarido de auxilio, cada rincón que piso pero nadie acudía a salvarlo.
Cuando se quiso dar cuenta ya estaba frente a ese lugar, que tenía aspecto realmente amenazador. Una orquesta de llantos, mocos, pañuelos y súplicas atormentaba el lugar, y se unió a la sinfonía mientras repetía una frase que acababa de captar y le parecía realmente buena:
- “¡Mami! ¿Ya no me quieres? ¡Buaaaa!” (así en idioma neutro y todo, cual galán de telenovela colombiana)
Pero mami no estaba dispuesta a ceder. Quizás un instante de duda llegó cuando el fotógrafo habido de registrar la mejor toma, cual ampliada y presentada en un lindo cuadro, seguramente adornaría por el resto de los días un rincón del Living, junto al de sus hermanos mayores.
Sin cesar en el lamento, que ya no iba acompañado de lágrimas, se vio solo en esa habitación. Solo, junto con 18 sollozos desconsolados. Hasta que reparó en Silvia. Una mujer que miraba con ojos clavados en aquella caótica escena sabiendo que era el primer día de colegio para todos, incluso para ella...

“Mi más tierno recuerdo y sincero agradecimiento a mi maestra de 1er. Grado Silvia Benedetti” por la paciencia y por transitar tan dulcemente aquellos días tan especiales.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Primer día en el Jardín Parte I - Colegio San José - Gualeguay; Entre Ríos

Por Arnold Coss

De nada le habían servido a la querida "Seño Taqui" los años de universidad ni toda la teoría que había estudiado en ella.
Era su primer trabajo en la profesión que siempre había soñado, y los días previos al inicio de curso había estado tanto o más ansiosa que cuando la habían dejado ir de viaje sola por primera vez.
Era capaz de ponerse en la situación de esas criaturitas desconsoladas con sentimientos de abandono, pero estaba tan bloqueada que era incapaz de encontrar una solución medianamente razonable.
Ponerse ella también a llorar no mejoraría la situación, pero era lo que su cuerpo le pedía.
Habría sido más fácil seguir entregando los cachorros de perritos en la veterinaria de su tío, donde las únicas condolencias se las daría al pobre perrito al momento de ser vendido a un cliente

"Yo tenía veintiún perritos,
uno lo vendí a un cliente.
No me quedan más que veinte."
- ¡Ya está! -pensó en voz alta.

Cantar siempre había sido una buena cura en momentos de tensión.
Primero echó un vistazo al aula y pensó: "ni en las mejores guerras podría haber tanto caos", pero la situación empezaba a parecerle divertida.
Uno de sus alumnos, Pablo Federico Agustín, después de llorar todo lo que pudo y más, decidió tumbarse en el suelo, con las manos enlazadas detrás de la nuca a echarse su siesta matutina y siguiendo su aplastante lógica: "Al mal tiempo, buena cara".
Caminó despacio hacia la zona acolchada, se sentó en el suelo y comenzó a cantar.
Gustavo, seguía de cerca a la que iba a ser el segundo gran amor de su vida -después, por supuesto, de su madre- ... su Seño. Y cuando la escuchó cantar, comenzó a imaginarse una fábrica de mamás y seños donde les enseñaban canciones, que espantaran los miedos y quitaran los mocos, porque no era posible que su mamá y su seño -a la que no había visto nunca- supieran la misma canción que tanto le gustaba.

Al parecer, Gustavo no era el único que estaba escuchando cantar a la Seño Taqui (en aquel tiempo no se usaba la "k"). Poco a poco los nuevos inquilinos del aula comenzaron a sentarse alrededor de "la Seño" y Gustavo sintió en ese momento que le iban a salir muchos competidores por su nuevo amor. Así que se sentó junto a ella, le agarró con una mano su falda y decidió acompañar -con algunas palabras que sabía pronunciar- aquella melodía mágica...

Un recuerdo especial a mis "amiguitos del jardín", de los que poco a poco voy recordando quienes fuimos y donde nos perdimos.

Gustavo Sergio Dunat
Pascual Martínez
Laura Zignego
Mariana Schubert (así?)
Paula Miura
Hernán Heichman
Juan Pablo Diorio (un dibujante como pocos)
Claudia Kablan
Celmar Chesini
Mario Capurro
Alba Delavy
Manteca (chico) Larribey
Marcelo Bardallo
Pablo Federico Agustín Carraud
Carlos Pausen

Me faltan algunos más y ya no me acuerdo ni como se escriben los apellidos…. Un beso o abrazo según corresponda..

jueves, 16 de septiembre de 2010

Recuerdos del ser niña y mujer


A lo largo de mi vida he conocido a muchas personas. Unas forman parte de mi mundo, otras estuvieron pero tomaron caminos diferentes y de otras simplemente no queda ni el nombre.

Cuando aun era una niña, recuerdo la importancia de las amigas, esas con las jugaba en el recreo o en las tardes de buen tiempo en Villaguay.
- ¡Mama!, mi amiga Marta me ha dicho que ...
- ¡Mama!, Marta no me gusta
- ¡Mama!, María no quiere jugar conmigo ...

Mi colegio era femenino (hablo de mediados de los sesenta y primeros de los setenta) y nosotras encantadas porque los niños solo estorbaban.
Yo me quedaba a comer así es que el grupo de amigas lo formábamos las que estábamos más tiempo juntas. Éramos inseparables.

En todos los grupos siempre hay un líder y nosotras también la teníamos. Era la que decidía a que jugábamos y cuando y la seguíamos a pies juntillas. También era la que lo sabia todo, la que nos descubría los misterios de la vida.
Ella fue la que nos informó, con cara de mayor y de "pobrecitas de lo que se van ha enterar", de que los Reyes Magos no existían, que eran los padres.

- ¡Mamáaaaaaaaaaa! Susana dice que los Reyes Magos no existen.
Y mi pobre madre con cara de pena por la inocencia perdida, me confirmo la triste noticia, pero recurrió a "que ya era mayor" para que no se lo contara a mi hermano porque aun era pequeño (solo le llevo un año). Y con este pacto consiguió mi silencio.

De la misma manera nos enteramos de que ¡tampoco existía el Ratoncito Pérez!

- ¡Mamaaaaaaaaa! Susana dice ...
Y mi madre la misma cara de pena y cierto aire de "a Susana la voy a matar"

- ¿Sabes? a los niños no los trae la cigüeña, salen de la tripa de las mamás.
- ¡Hala! ¿si? ¿y como se meten ahí?
- No se meten tonta, están siempre ahí pero son muy pequeñitos. Cuando los papás le dan un beso en la boca a las mamás empiezan a crecer y cuando son grandes el medico los saca.

- ¡Mamaaaaaaaaaaaaa! que Susana dice que los niños ...
A estas alturas mi madre estaba dispuesta a cargarse a Susana.

Y mientras mis amigas espiaban a sus padres para ver si iban a tener algún hermanito, yo estaba tan tranquila porque mi mamá no tenia a mi papá para darle besos.

Y seguíamos creciendo entre juegos y confidencias. De repente un día en clase de gimnasia, nos dimos cuenta de que una compañera llevaba sujetador, y fuimos corriendo a ver que le pasaba. No le pasaba nada malo, evidentemente, simplemente su cuerpo estaba cambiando.

- ¿Y a nosotras también nos van a crecer las tetas?
- claro ¿o no ves que todas las mujeres las tienen?
La verdad que no, nunca había pensado en mí como mujer ¡era una niña!

- ¡Mamaaaaaaaaaaaaaaa! ...
Pero no solo tuvimos que empezar a llevar sujetador (los de entonces picaban como demonios porque no existía la lycra), si no que empezaron a salirnos pelos donde no pensábamos que pudieran salir y nos mirábamos las unas a las otras para descubrir si había más cosas que nos tenían que cambiar.

- ¡Mamaaaaaaa! ...
- No te preocupes hija, que con la cera te los quito y ni se nota.
- ¿Qué cera? ¿esa que calientas en ese cacharro de lata?
- Si, pero no te preocupes, que no te vas a enterar.
- ¡Como que no me voy a enterar si me vas a poner encima una cosa que quema y luego me vas a dar un tirón! Además ¿para que salen estos pelos si luego hay que quitarlos cada dos por tres por que siguen creciendo?
- Cariño es que te estas haciendo mujer.
- ¡Pues yo no quiero ser mujer!

Y Susana nos seguía "educando" en los misterios de la vida, porque los cambios no habían terminado, quedaba el premio gordo. En aquellos tiempos había temas que en casa no se hablaban, pero que nos importaba a nosotras ¡si teníamos a Susana!
Gracias a ella nos enteramos que, llegado el momento, una vez al mes sangrábamos durante tres o cuatro días y que ¡encima dolía!
Ante tanta cantidad de información no deseada yo me callaba, pensando que a mi eso no me iba a pasar.

- ¡MAMAAAAAAAA!
- ¿Qué te pasó? (llegó corriendo y con los ojos desorbitados porque mi grito se había oído en todo el pueblo).
- ¡Ay hija que susto me diste! contestó mientras yo le enseñaba la prueba de mi "cambio"
- No pasa nada mi amor, ¡ya sos mujer! solo eso. Mira te tenes que poner una compresa así ...
Y ahora tienes que tener cuidado con los chicos, no dejes que te toquen, porque desde ahora vas a llamar la atención y tienes que ser decente porque así los chicos te valoraran más.

¿Como que ya era mujer y que solo era eso? ¿y que tienen que ver los chicos en esto? que no, que estaba sangrando y que era eso de que ahora me tenia que poner esos "pañales", porque eran unos tubos de gasa rellenos de un montón de capas de algodón que abultaban como una caja de cigarrillos y por supuesto no tenían adhesivo, ni alas, ni celulosa ultra absorbente, ni venían en discretos envoltorios, ni se sabia lo que era la palabra "extraplana"

- Pero mamá Susana dice que hay unas cosas que se llaman tampones ...
- ¡Mira estoy podrida de Susana! y de tampones nada, que esos no son buenos.

Pero ¿como que no? ¡si son el mejor invento después del lavarropas!

Y las hormonas empezaron de repente a tener vida propia, empezamos a sentir cosas que no conocíamos pero ahí estaba Susana para explicarlo todo. Ella fue la primera que se besó con un chico y, por supuesto, nos dio todo tipo de detalles, porque nosotras queríamos estar preparadas y saber que teníamos que hacer cuando llegara el momento.
- ¿Que te metió la lengua en la boca? ¡que asco!
- No, no da asco, ya van a ver como les gusta.
- Eso te gustará a vos, a mi no me mete la lengua en la boca nadie.

Y apareció el primer amor, ese que es el único, el hombre de mi vida, mi Romeo. Y llegó el primer beso y a este le sucedieron otros. Como también hubo otros amores, tan dramáticos como corresponde a esa edad.

Terminamos el colegio y cada una siguió su camino, pero me acuerdo de todas ellas, de su nombre y apellidos, de sus caras. Todas aportaron su trocito a mi vida y me gusta pensar que ellas también me recuerdan con el mismo cariño

Gracias por el préstamo

lunes, 13 de septiembre de 2010

Cajones y Otros Absurdos

por Pablo Neruda
Los sentimientos son recuerdos pendientes, los recuerdos se transforman en imágenes, las imágenes se disuelven en pensamientos, los pensamientos de repente son ideas que no cesan de acuciar para que ordene un escritorio atestado de escombros materiales y cosas absurdas.
Entre varios papeles envejecidos y arrugados, encontré una promesa. No supe recordar exactamente el porqué de la promesa, así que continué haciendo limpieza. Al retirar una caja que contenía grapas, clipes y un par de anillos, salió un atardecer de septiembre arrastrando tras de sí un olor a hojas secas, a tristes melancolías y a sangre del día derramada; a congojas amarillas, a orgasmos de memoria y a nubes de fuego incendiadas.
Dispuse la promesa que había hallado al principio en un cajón de mi mesita de noche junto con el aroma del atardecer, a ver si por aquellas se animaba y me hacía recordar la razón de su presencia. Me dio la impresión de que los dos se daban la espalda..., pero lo dejé pasar, pues nunca se me dio bien distinguir dónde tienen las promesas y los olores sus respectivas espaldas.
En una esquina, entre caramelos para la tos y un sello de lacre Luis XV, bullía un sentimiento. Si yo fuera un periodista de renombre ya habría escrito un gran artículo, pero como no lo soy, no me atreví a colocar el pasado pluscuamperfecto con el imperfecto. Me limité a mirarle de reojo por si hablaba y conseguía identificarlo. Seguí con la limpieza y supuse que quedaría en un asunto pendiente, un sentimiento sin catalogar. Podría haberlo metido en otro cajón diferente, pero me recorrió un escalofrío cuando me imaginé por un momento que siguiese mudo por mucho tiempo y que, al abrir el cajón, se me revelase de pronto como un anhelo intenso reprimido en un recuerdo. Los cajones nos sorprenden cuando menos lo esperamos.
Si yo fuese un escritor de renombre, ya habría tenido suficiente material para escribir un best-seller. Como no lo soy, me limitaré a sentir el sentimiento esperando darle un nombre junto con la promesa de no olvidarme jamás de su olor.Quién sabe si alguno de vosotros puede ayudarme a reconocerlo...
Hiciste un semillero de ilusiones
que vivió ingenuamente en mi tristeza.
Lentamente. Fue el jugo de rencores
echados sobre el jugo de rencores
sobre el manto de la ilusión ingenua.
En mi torre de odios tuviste una ventana
(Un vidrio ilusionado, transparente y gentil.)
Ya se quebró. Es inútil que te llame mi amada
porque, mujer, en una negrura te perdí.

"Y te perdí mujer. En el camino..."
Pablo Neruda

Escena XIX


¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Monólogo de Segismundo.
Pedro Calderón de la Barca
Ningún sueño encaja por sí solo. A veces los sueños se tocan con los bordes y otras veces se tapan completamente unos a otros, como piedras debajo de un río.Anoche soñé que me había dejado los sueños olvidados en una isla. De pronto apareció un hombre que andaba buscando los pedacitos de un sueño mientras daba vueltas y vueltas por el mío; los recogía, los ataba con una cinta y los guardaba bien guardados. Pero no estaba solo; le seguían un enjambre de sueños que exigían a grito pelado ser soñados.
Habían sueños con sombrero de copa,
sueños de nombres capicúa,
sueños envasados al vacío,
sueños rellenos de trufa,
sueños con dedicatoria,
sueños jamás soñados,
sueños con peinetas,
sueños hiperbóreos,
sueños canjeables,
sueños de papel,
sueños autistas,
sueños polares......
todos sin alas, todos haciendo cola. Comprendí entonces que allí era donde iban los sueños que siempre esperé,
De La Barca

viernes, 13 de agosto de 2010

VERTIGO - ISMAEL SERRANO -

Encontré esta canción y una linda introducción en un blog por ahí que se llama como el mío, me gustó y la tome prestada, espero le guste a los que anden por acá.

Casi todos los fans de Ismael Serrano la conocen como la 1ra., gran canción, aunque en mi caso esa primera canción fue Ultimamente...).Ismael Serrano es de Madrid, es como todos, trato de estudiar una carrera y se enfrentó a la realidad en este país... y desistió y se dedico a cantar y ha triunfado más que todos los triunfitos pero es modesto, de izquierdas, y no presume y no sale en el "salsa rosa"... sus canciones se caracterizan por hablar de tristeza, derrota, lucha social, latinoamérica y recuerdo...( y 1 canción por disco es una burla sobre si mismo o sobre algún tema...)...En este caso Vértigo habla de la vida, de lo difícil que es luchar contra ella, nadar contra corriente, del recuerdo, la amistad, la felicidad de las pequeñas cosas, del compromiso por el futuro, de mirar atrás de ver el camino y de decidir avanzar, de la fe, del futuro, de no traicionar la confianza que la gente pone en nosotros... habla de 1001 cosas y todas importantes...En resumen de una vida que seguramente el ha vivido (y muchos de nosotros también), con amor, amistad, valentía, miedo...;). Así que ánimo que el vértigo aprieta en muchas ocasiones pero que no debemos tener miedo ;).

Vértigo:

Recibiré postales del extranjero,
tiernas y ajadas, besos, recuerdos.
¿Cómo están todos? Te echo de menos.
Cómo pasa el tiempo...

Seremos otros, seremos más viejos,
y cuando por fin me observe en tu espejo,
espero al menos que me reconozca,
me recuerde al que soy ahora.

Aquellas manos, aquella mujer,
aquel invierno no paraba de llover,
perdona que llegue tan tarde,
espero saber compensarte.

Estás tan bonita, te invito a un café,
la tarde es nuestra, desnúdame.
Tras el relámpago te decía:
"Siemprerecogeré flores en tu vientre".

Otro hombre dormirá contigo
y dará nombre a todos tus hijos.
Ven, acércate a mí,
deja que te vea,
que otras primaveras
te han de llevar muy lejos de mí.

Vértigo, que el mundo pare,
que corto se me hace el viaje.
¿Me escucharás, me buscarás,
cuando me pierda
y no señale el norte
la estrella polar?

Las frías mañanas en la facultad,
tú casi siempre huías conmigo al bar,
y me enfadaba si preferías
el aula a mi compañía.

Sobre la mesa botellas vacías,
qué sano es arrancarte esa risa,
y ahora cambiemos el mundo, amigo,
que tú ya has cambiado el mío.

¿Qué haré cuando te busque en la clase,
y mi eco me responda al llamarte?
Otros vendrán y me dirán
que te marchaste,
que te cansaste ya de esperar.

Vértigo, que el mundo pare,
que corto se me hace el viaje.
¿Me escucharás, me buscarás,
cuando me pierda
y no señale el nortela estrella polar?

Y la ronquera, los traicioneros nervios,
que me atacaban antes de cada concierto,
viejas canciones, antiguos versos,
que espero retenga algún eco.

Y en el futuro espero, compañero, hermanos,
ser un buen tipo, no traicionaros.
Que el vértigo pase y que en vuestras ventanas
luzca el sol cada mañana.

Pero basta de lamentos,
brindemos, es el momento,
que estamos todos
y no falta casi nadie,
que hay que apurar
la noche que acaba de empezar.

Vértigo, que el mundo pare,
que corto se me hace el viaje.
¿Me escucharás, me buscarás,
cuando me pierda
y no señale el norte
la estrella polar?

ISMAEL SERRANO - Cantautor Español

miércoles, 14 de julio de 2010

No necesitamos burlarnos...

Por AC

Uruguay la iba de pobrecito, de bien peinado, jugándola de humilde, pero del otro lado festejaban los goles que nos hizo Alemania, con la garganta en la mano. Los brasileños lloraban y arrastraban las vuvuzelas por el sambódromo, de ida y vuelta, pero había algo en el fondo profundo de los argentinos, que sabíamos que eso podía suceder.
Y nos reíamos como locos, pero asombradísimos; uno al final ama a los buenos rivales. Nosotros somos como somos, no necesitamos burlarnos de los demás, pero es tan lindo que caemos en el pecado de la lujuria, de la gula, pero así somos, no lo ocultamos.
Por otro lado somos un país generoso, nosotros nos bancamos las rivalidades, no las hacemos personales. Jodete uruguayo, jodete brasileño, jodete chileno, jodete argentino.
Lo que no entiendo es que nosotros nos acostumbramos muy de chicos a cancherear, porque es verdad, repito somos como somos, somos como vivimos, un país hermoso, grande y generoso. Para nosotros no es una gloria que caiga el de al lado, o como dice un eslogan uruguayo, ¿Argentina es un país que queda al lado nuestro?, ¿Brasil es mais grande do mundo?. Nosotros no empezamos, pero le damos alegría a nuestros vecinos perdiendo, porque somos cancheros y nos la bancamos.
La alegría que tienen nuestros hermanos porque nos fuimos del mundial no llevó a nadie a ningún lado. Para Brasil es un luto doloroso desde el fondo del alma que durará hasta que empiece el carnaval. Uruguay acarició un nuevo Maracanazo para tener de que jactarse los próximos 122 años. Pero nosotros ya estamos preocupados porque Jacobo Winograd se peleó con Fort; los argentinos somos impermeables. Es el único país donde se permite que los extranjeros te odien adentro de él. Pero entonces, si somos tan cagada, ¿qué hacen acá? Te respondo: vienen a aprender con lo más groso de Latinoamérica, disfrutan de nuestros encontronazos entre bataclanas, cafiolos y vidalitas, diciendo que ellos no les pasa.
Directamente los brasileños nos odian, pero nosotros les queremos las chicas, les queremos la cerveza y nos vamos a Camboriu a comer choclo asado. Desmerecen todo lo bueno que tenemos e internamente (por interior del alma) quieren superar al hermano mayor, no como el hermano menor sino como el del medio.
Yo quería que ganara Holanda así se amargaban la vida todos los gallegos de la Avenida de Mayo. Que no haya alegría para nadie, pero que miren por la tele nuestras vedets, para que tomando mate al solcito digan: ¿eso aquí sucede?
Pero por algo debe pasar.
El amor – odio no es más que envidia y admiración, nosotros los argentinos los perdonamos, los queremos y los cobijamos, porque así somos, generosos y magnánimos, y encima lindos. Y no va a pensar, de ninguna manera, por favor, que hay en mis palabras el menor atisbo de ironía o sarcasmos. Lo siento profundamente en el pecho, y me la banco.
Con respecto a los uruguayos, no se hagan problema muchachos, como premio les regalamos a Carlos Gardel, en el mundo les van a creer que es uruguayo. Y el dulce de leche también.
Pero ríanse de eso, cultivar el odio contra nosotros, de cualquier lado, es una cosa que dura años, porque todos nuestros vecinos se jactarán de ser correctos, democráticos, los mejores del mundo, pero no dejan de admirarse de una porquería arquitectónica como el Obelisco, alguna vez en su vida. Una vez un español enojado me dijo que el anagrama de argentino era ignorante, y le dije que era muy interesante, que por eso será que los españoles tienen el record mundial de maltrato a la mujer, porque las mujeres se vuelven locas por los argentinos. Odiame si querés, ya te voy a encontrar la vuelta para que me quieras y me des la razón.

martes, 22 de junio de 2010

Me caí del mundo y no sé cómo entrar.... (para mayores de 30)

Por Eduardo Galeano
Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.. No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar. Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales. ¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó botar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo. ¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades. ¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos! Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida! ¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después! La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza. Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de refrigerador tres veces. ¡¡Nos están fastidiando! ! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica. ¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de los tenis Nike? ¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa? ¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista? ¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros? Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura. El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad. El que tenga menos de 30 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el que recogía la basura!! ¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de... años! Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII) No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en la Fiesta de San Juan. Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor.. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y bote que ya se viene el modelo nuevo'.Hay que cambiar el auto cada 3 años como máximo, porque si no, eres un arruinado. Así el coche que tenés esté en buen estado . Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo!!!! Pero por Dios. Mi cabeza no resiste tanto. Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real. Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo. Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo? ¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron? En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos! Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín. Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!! Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'. Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa. Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!! Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella. Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables. Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo,pegatina en el cabello y glamour. Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.

viernes, 12 de febrero de 2010

Hombre trabajando

En unos días Uds. podrán disfutar de una nueva historia.... paciencia, hombre trabajando.